sábado, septiembre 19, 2009

La Artesana

Era morocha, rellenita, su piel desgastada por el sol, reseca, agrietada.
Sus ojos negros profundos me miraron entrar a la capilla como si fuera yo su entretenimiento del día.
Me miró mucho, insistentemente, y me dio la bienvenida con una sonrisa amplia que me llegó al corazón, de algún modo.
Levantó del piso algunas de las piezas que tenía a la venta, desde virgencitas de porcelana, medallitas plateadas, hasta vestidos artesanales.
La miré con ternura. ¡Tan joven! ¡Y tan vieja!
“Seguramente tiene menos de treinta”, pensé.
Parecía haber vivido ochenta.



On the road 1

2 comentarios:

  1. Lore, tuve una experiencia parecida, la niña no tenía más de diez años y tenía la piel vieja vieja, muy vieja. Gracias por traerme este recuerdo con tu relato. Más allá de la tristeza que me provoca dice mucho,mucho más.

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  2. Me doy cuenta con todo lo que estoy leyendo en los blogs (que te confieso no puedo parar de leer) que todos a veces tenemos algunas historias similares, o repetimos experiencias.
    Me resulta intrigante!!
    Beso

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