domingo, agosto 28, 2011

Matriz


Mi vida fue una negación,
absoluta,
de mi género.
Por treinta y siete años
jugué a subir muros
a las batallas y
a la pelota,
a lograr objetivos fríos.
Anduve a caballo,
trepé árboles.
Estuve cerca de las armas.
Me pensé un soldado.
No una “soldada”.
Trabajé como hombre.
Ambicioné cosas de hombres.
Jamás pedí ser mujer,
ni tuve anhelos de fémina,
como hijos,
o príncipes,
que me cuidaran de la vida.
Porque me cuidé sola,  sola me cuido
y  mis hombres son compañeros de ruta,
colegas de batalla.
Negué mis ciclos menstruales.
Me hice sacar un par de pedazos de mis dos tetas,
por esconder mi femenina vulnerabilidad.
Nunca tuve muñecas,
ni vestí vestidos.
Despeinada y sucia
entre perros.
y varones,
muchas carreras de bicicleta,
pocas ollitas y recetas.
Siempre pantalones
con chatitas
Nunca tacones y encajes.
Siempre las lágrimas profundas
en el baúl de la intimidad blindada.
Y la fuerza y la soberbia
en la máscara vital.

Hace  quinientos cuarenta días
empecé a comprar vestidos
llorar sin sentido
explotar ese grito
negado todo el camino.
Y…
Hoy.
Luego de este período
de resistirme hasta la muerte
para no asumir que soy hembra.
Desde este umbral del que puedo no regresar,
feliz me saco  este  falo anquilosado.
Me pongo mi vagina fresca.
Y no pido más perdón
cuando tenga
que llorar.

sábado, agosto 13, 2011

Las calles atiborradas
yo sola
pero entera.
La sonrisa renacida
de la nada,
de la misma nada
que la asesinó,
desconcierta a mi razón
pero entra en consonancia
con algo distinto,
que no necesita pruebas
ni éxito
para estar ahí,
aquí.
Y mi guerrera resurge
del olvido
y ya puedo usar
el cuchillo
para cortar las dependencias
y tristezas
que me llevaban
a morir.

miércoles, agosto 10, 2011

Volátil esperanza


Luego de llorar
Quince minutos
Producto del alud que me atropelló.
Quince minutos
Porque no me queda mucho por llorar
Tuve un arranque
De preguntarme
Eufórica
Ansiosa de encontrar algo que me entusiasme
Intentando buscar cómo disfrutar la vida
El instante.
Motivos...
¡¿Qué quiero hacer ahora?!
¡Pensá!
¡Dale, pensá!
¡¿Qué quiero hacer ahora?!
Quiero una buena lasaña con tinto.
Un brownie con baño de chocolate y una bocha de helado de crema
y un café.
En ese lugar que me encanta frente al río,
y reírme mucho con nuestro humor ácido y la complicidad
de una mirada que habla el mismo idioma que la mía.
Pero intenté recordar qué era el humor
y solo encontré hojas borradas en un cajón cerrado
hace tiempo.
A la complicidad la está matando la distancia.
Y se me repitió el “nuestro”
“Nuestro…, nuestro”
Y el "nuestro" golpeó mi intento.
Y el entusiasmo se desplomó
Y la euforia desapareció.
Porque ese nuestro ya no es nuestro.
Y nuestro amor ya no está
Y me fui y te fuiste.
Y ese “nuestro” solo es
Una idea ingrata aferrada
a mi cabeza terca
Que no sabe
Dejar ir
Y olvidar.

Alud


Como tierra de morro
Golpeada por lluvias
Me derrumbo
Sin previsión.
Sin aviso.

Una senda de destrucción
es lo que queda
Ruinas, raíces descubiertas
Cuerpos muertos
Llanto y ausencia

Como alud sorpresivo,
Inesperado,
Me derrumbo
Sin represa que contenga
Tanto miedo.

El peso va venciendo
y la masa desordenada
De ideas y duelos
Desintegra mis
invencibles corazas
Y ya no puedo, perdón.
Me entrego.

lunes, agosto 08, 2011

Metrajes cortos





Estos días
Me cuesta leer textos desarrollados
Esperar el semáforo
Hace colas de más de tres personas
Me cuesta esperar a que se decidan
Me aburre la inoperancia
Escuchar explicaciones extensas
Estos días me agota la lentitud de las ideas largas
Pero me enojan las ideas cortas
O cuadradas
Incluso las mías
Estos días quiero comida rápida
Pasar en rojo
Conceptos agujas
Que no convencen
Sino se clavan
Imponiéndose por su verdad
Estos días prefiero ir en taxi
No caminar trechos largos
Para no pensar en el camino
Ni generar argumentos
Para mi falta de aliento.
Estos días quiero no ser
Quiero pasar.
Desapercibida.
Por este sendero de duda
Hasta volver…
a creer.

Puntal




Ya no sé
Si la columna me duele
O si simplemente
ya no me sostiene.
Si el pánico
Me invade
O me pasa,
Al costado.
Si mis manos están heladas
por el invierno
o por la nostalgia
de no sé qué.
Ya no descifro...
Si amo
O si olvido
Si pido
O si entrego
Si espero
O me rindo.
Ya no distingo...
Entre dolores.
Ni sé si duele,
o imagino.
No sé si amé
o aluciné.
Si me amaron,
o fue una película
en blanco y negro
gastada y
archivada.
Hoy nada.
Ningún hecho,
mirada,
ni palabra,
tienen la contundencia
suficientes
para invitarme
a quedarme.
Y yo,
ya ni sé si estoy despierta
O estoy durmiendo
Y me sueño,
Tan cansada

Estado de latencia


Este estado de nada.
Espera
Duda
Miedo
En este estado no se vive
Se contempla.
El segundo...
Que se vuelve determinante
Guerrero
Amante
Cada tono de voz
Cada palabra.
O mirada.
Son joyas.
Metal que se te incrusta, para felicidad o tristeza.
En el registro material de la memoria
Que se vuelve palpable e indeleble.
Como recuerdos de un viaje
Que está a punto de acabar.
Este estado de incerteza
Afina la piel
La hace rompible
Y deja hambriento el corazón
De justicia
Pronto para la guerra
Pero manejable
Cristal capaz de hacerse añicos
Con un único soplo de desamor
Con la mínima muestra de crueldad
Este estado latente de ignorancia
Me hace un niño pobre
Con el rostro chato contra el vidrio
de esa tienda de sus sueños,
por la que no sabe...
si volverá
a pasar.