Se escuchan los fuegos
y las risas
ella sigue sonriendo
un hijo
elige no regalarse nacer
una madre
elige no ser madre en navidad
un árbol se sigue secando
aunque las luces sigan brillando
y otra ausencia decide sumarse
a la colección de ausencias
de la lista navideña
jueves, diciembre 25, 2014
sábado, junio 07, 2014
O.T. - Un sueño extraño. - 2012
Resolvíamos ir a OT.
OT era “el” lugar, supuestamente
era un boliche, el más exclusivo del mundo. El nombre era OT pero se escribía con jeroglíficos romanos parecidos a esas dos letras. Nosotros íbamos a ir todos de
blanco para estar identificados y encontrarnos fácil. Éramos un grupo como de 30 o más.
Fuimos en un ómnibus que
estacionaba lejos porque no se podía llegar cerca con autos. Salíamos caminando
y cuando llegábamos a la primera puerta
que era muy lejos del boliche, era como una esquina donde había un bar y había
que pasar por ahí primero para que nos pusieran 3 sellos en la mano. Uno que decía OT, otro que era un
párrafo de letras chiquitas cortito y otro que decía la fecha, 29 era el día. Yo me quedaba
pensando en que había dejado los zapatos y la cartera con todo en el auto y me
demoraba, pero como estaba todo pago, habíamos puesto 500 cada uno y además nuestro grupo era
exclusivo, no necesitaría nada adentro y resolvía seguir con hawaianas blancas.
Al demorarme me di cuenta de mi grupo se había ido, y yo estaba sola de
noche en ese barrio raro y desconocido caminando sin saber donde era OT, y ya
lejos del bar.
Tampoco ya me acordaba de donde
estaba el ómnibus, que ahora en mi mente era un auto, y no tenía el celular, estaba totalmente
incomunicada.
Me dije, irreverente: - Yo siiiigo!!! Le pregunto a alguien, todos tienen que saber
donde es OT.
Al seguir caminando me aparece alguien igual a Astrid (que
en el sueño su nombre era Silvia), alta,flaca, toda arreglada. Me mira y le digo: -Hola!!! Sabes que estoy
con un grupo y los perdí y tengo que ir a OT. Vos sabes donde es?.- Ella me contesta: - Paaa, sabes
que no sé, escuché que hay un mito de que existe ese lugar pero no tengo claro,
te acompaño y vemos, creo que una idea tengo de donde se supone que es.
Seguimos caminando y yo le decía:
- ¡Qué gracioso que aparecieras vos sis!.- Ella me miraba como diciendo y esta
qué dice. Y yo le preguntaba: - Sos vos
no? .- a lo que ella respondía: - No te
conozco.
Para que me conociera le
insistía: - Soy del grupo M y tengo una amiga que se llama Silvia, creía que
eras vos! Vos tenés mellizas? Creo que
ella tiene una melliza, vos no tenés una que se llama Silvia?. - Ella
un poco molesta me decía: - No!! Y yo le
insistía: -Entonces tienen que ser trillizas! Son idénticas!!.
Íbamos las dos por calles de un
barrio donde había drogadictos y gente tirada en el piso, era de noche pero
había luz de faroles y lámparas. Llegamos a un lugar que era como una bajada,
un camino de pasto, una esquina y
una curva, todo oscuro. Ella se paralizaba y decía: -Yo no voy, hasta
acá llego, me da miedo! .- Yo para
tranquilizarla le decía: - Voy yo un poco y después te aviso y venís, no tengas
miedo, no creo que pase nada, a ver si conseguimos unirnos a alguien.
Justo pasaba un viejo fumando, caminando despacio, y yo le
insistía a mi compañera que fuéramos pegaditas a él y así no íbamos
solas, y continuábamos detrás de él.
Yo me adelantaba corriendo unos
pasos y vislumbraba a unos 200 metros la luz de OT!! Era como una ciudad! Volvía y le decía: - ¡Allá ya hay luz!, ¡y hay mucha gente yendo!.
Cuando la volvía a alcanzar unos
pasos atrás veía que cerca de ella venía un jovencito hablándole y ella se
hacía la que no lo escuchaba, yo lo miraba como diciendo qué haces? Y él me decía: - Yo la conozco,
insisto que me acepte pero ella me ignora.
El seguía con nosotros, cuando
llegábamos a la puerta, yo estaba preocupada porque era un mar de gente!. Yo no
tenía celular, no tenía plata, no tenía nada!
Si me perdía estaba sola nuevamente. De repente miro, y empiezo a reír.
La entrada era el puente de la Concordia y decía Bienvenidos a Quaraí!!! Los miraba a ambos y les decía: - Ahhhhh, si
me pierdo es el puente para ir a casa!! Voy caminando!! Jajajaja.- Y me quedaba
tranquila y super contenta y payasa.
Llegábamos a la segunda puerta para llegar a OT. Era
como una especie de atrio, donde habían tres
mujeres hermosas sentadas, vestidas elegantes, muy flacas. Nos revisaban los
sellos que nos habían puesto en el bar (la primera puerta). Todo era de gala y ellas me miraban las
hawaianas. Les explicaba que había dejado los zapatos en el auto y que iba a
entrar así. Me miraban y se comentaban en secreto entre ellas
que yo era del grupo blanco y me sonreían. Yo me ponía pesada porque una de las
chicas al intentar ponerme otro sello creyendo que no tenía, me manchaba con
tinta negra el vestido blanco y le decía que me sacaran la mancha. Ella me
miraba con cara de qué estúpida esta mina, y de repente la mancha se iba
disipando sola. Yo decía: - Bueeeeeeeee, dejaáa, me voy a divertir.- Y salía brincando
y sonriendo. Miraba hacia atrás a la
mujer y al chico que no los dejaban entrar, pero a ella le daban paso porque creían
que iba conmigo.
En seguida estaba la tercer
puerta, el último filtro para entrar a OT, allí habían tres
hombres patovicas enormes revisando nuevamente, parados en una especie de
barreras. Me dejaban pasar al toque, y ahí, al instante, de repente, yo ya estaba de tacos, con los zapatos que
había olvidado. Me daba vuelta para mirar atrás y allá lejos estaba sentado el chico que no dejaban entrar
las mujeres. Los miraba a los patovicas
(que eran ángeles) y les decía: lo dejan entrar al mococito que está conmigo??
Siii?? Por favoooor? .- Ellos me decían no! pero
enseguida se ponían a reír y me decían obviooooo, llevalo!!! Yo le saltaba en el cuello al patovica, lo
abrazaba y le daba un beso! Mis pies
colgaban de tan alto que era, era enoooorme!!
Yo iba corriendo, le agarraba la
mano al jovencito de Astrid y en ese momento veía que no
tenía las terceras falanges
de la mano izquierda, se las habían cortado, yo lo miraba con amor y lo
tironeaba para que se levantara y viniera con nosotras!! El feliz corría detrás
de mí.
Cuando iba pasando la barrera del
tercer filtro de nuevo, veía
a Cori, sentada con cara de enojada, en la entrada, mirando hacia afuera y no hacia
adentro. Yo le gritaba Coriiii…, Coriii…,que haces ahí, veníiii, entráaa. Ella giraba su silla giratoria y me
decía, acordate… (con cara de enojada) no
te podes olvidar de las tres J. “JJJ”. Yo le pedía a Astrid algo de su cartera
para anotar y anotaba eso con una lapicera que casi no tenía tinta. Y Cori no se
podía mover, estaba pegada a esa silla, se tenía que quedar ahí.
Yo sabía que allá adentro estaba
mi gente, y entre ellas Carmen y Mage y otras personas, no todos del grupo y no a todos
los conozco en esta vida. Hombres y mujeres.
Teníamos que cruzar el puente
para llegar y allá a lo lejos yo veía mucha gente de blanco, unas tiradas en
sillones, otras bailando, otras charlando, otras tomando. De repente me miro y
ya tenía mi cartera con todo colgada en el brazo.
Estaba feliz, extasiada por haber llegado, y empezaba a correr como en
cámara lenta haciendo payasadas.
Hacia mí, en el puente, venían
caminando tres filas de
personas, como la formación de mujeres de negro, todo el puente lleno de gente,
era gente de todas las religiones del mundo que reclamaban por sus dioses. Musulmanes,
indios, católicos, todos enojados, irritados.
No entiendo por qué reclamar enojados por los dioses - pensé sonriendo.
Todos, todos, todos, estaban cada
uno con sus atuendos tradicionales. Todos distintos. Los miraba a medida que cruzaba corriendo
entre los espacios que dejaban,
corriendo como run forest run pero jugando y saltando con mis dos
compañeros atrás.
Un religioso me miraba sonriendo y me gritaba por qué jugaba y saltaba así y
yo le decía bromeando, porque estamos looooocooooooooooosssss!!! Él sonreía. Yo
me reía y corría hacia el final del
puente donde ya me habían visto venir y se reían de mis payasadas porque ya me
conocían. Mi gente.
domingo, abril 06, 2014
Identidad alterna
es que a veces me voy
se me va quien soy
se desvanece en esos otros que aparecen cada tanto
instalándose
como imágenes absolutas de mi campo visual
mi yo se pierde en tránsitos cotidianos
viajes estacionarios de cordura caída
me esfumo de mi misma
olvidando mi nombre
anulando mi voz
mi visión desaparece en esos lapsus de locura temporal
y, en el transcurso rutinario de esos días de auto olvido
poco a poco me recuerdo
y voy resolviendo volver
como rompecabezas holográfico que rejunta sus pedazos
para proyectarse otra vez
se me va quien soy
se desvanece en esos otros que aparecen cada tanto
instalándose
como imágenes absolutas de mi campo visual
mi yo se pierde en tránsitos cotidianos
viajes estacionarios de cordura caída
me esfumo de mi misma
olvidando mi nombre
anulando mi voz
mi visión desaparece en esos lapsus de locura temporal
y, en el transcurso rutinario de esos días de auto olvido
poco a poco me recuerdo
y voy resolviendo volver
como rompecabezas holográfico que rejunta sus pedazos
para proyectarse otra vez
Rigideces
delirio persistente
ilusionista sutil pero terco
instalado en los poros de mi forma
sin maquillajes
esta idea que no transa
tiene cuerpo
y se queda
defendiendo su identidad sin regateos
a pesar de mis abismos
ilusionista sutil pero terco
instalado en los poros de mi forma
sin maquillajes
esta idea que no transa
tiene cuerpo
y se queda
defendiendo su identidad sin regateos
a pesar de mis abismos
martes, febrero 11, 2014
Otrora
Un día el mundo dejó de ser inocuo
el abrazo no fue
refugio
los recaudos superaron de golpe a la
inocencia.
En el recelo
En el recelo
el mundo de adentro se comió al de afuera bloqueando los sentidos
la niñez ya no olió a tierra mojada
se taparon la boca las chicharras
y los nísperos dejaron
de ser motivos de escaladas
todo fue quedando tenue
los colores agrisados
la piel empezó a esquivar la protección
la piel empezó a esquivar la protección
y matando la libertad de la sonrisa
creció la fe
de que cualquiera podría teñir su blancura en las tinieblas solitarias de un verdugo
de que cualquiera podría teñir su blancura en las tinieblas solitarias de un verdugo
un animal salvaje y rebelde fue saliendo de su carne
y, apoderándose de su forma,
el miedo en su máscara sonriente mató al deseo de cariño
el miedo en su máscara sonriente mató al deseo de cariño
mutándolo en estado de guerra
estado de guerra perpetuo
sábado, febrero 08, 2014
Distracciones
Los cubiertos suenan en la cocina.
El cocinero grita avisando que hay platos prontos.
Las voces como nube densa.
El foco de luz sobre mi mesa.
Esta soledad histérica intentando coquetearme.
- Quiero ser triste - me dice - aunque sonrías.
- Y quiero ver tu cansancio, aunque no pares.
Me tomo un trago del jugo de naranja artificial con gusto a conservante.
Es un amarillo limón.
La ignoro.
Pero ella insiste.
- No me podés ignorar, necia, me tenés grabada en la genética.
- Te seguirá doliendo el desamor o la falta de amor.
Me pregunto de qué habla, si son diferentes, o si son lo mismo. Mi ignorancia no me deja descifrarlo y la vagancia me impide investigar.
La ignoro, y mastico un trozo de pan. La nube de voces se hace más presente y la soledad se indigna por mi irreverencia pasiva, pero por un segundo me atrapa. Me hace querer huir como siempre, y llegar al abismo de mis miedos. Taparme con ellos como con aquel acolchado que guardo en el ropero, en casa, ese que me conoce tan bien, de tantas caídas.
Pero al instante la nube de voces y el sabor sintético del jugo me distraen, o me salvan, y a pesar del intento por caer y llorar, sonrío.
El cocinero grita avisando que hay platos prontos.
Las voces como nube densa.
El foco de luz sobre mi mesa.
Esta soledad histérica intentando coquetearme.
- Quiero ser triste - me dice - aunque sonrías.
- Y quiero ver tu cansancio, aunque no pares.
Me tomo un trago del jugo de naranja artificial con gusto a conservante.
Es un amarillo limón.
La ignoro.
Pero ella insiste.
- No me podés ignorar, necia, me tenés grabada en la genética.
- Te seguirá doliendo el desamor o la falta de amor.
Me pregunto de qué habla, si son diferentes, o si son lo mismo. Mi ignorancia no me deja descifrarlo y la vagancia me impide investigar.
La ignoro, y mastico un trozo de pan. La nube de voces se hace más presente y la soledad se indigna por mi irreverencia pasiva, pero por un segundo me atrapa. Me hace querer huir como siempre, y llegar al abismo de mis miedos. Taparme con ellos como con aquel acolchado que guardo en el ropero, en casa, ese que me conoce tan bien, de tantas caídas.
Pero al instante la nube de voces y el sabor sintético del jugo me distraen, o me salvan, y a pesar del intento por caer y llorar, sonrío.
domingo, febrero 02, 2014
PUERIL
Me diste ganas de escribir distinto, me diste. Me diste sentir esta correntada de inocencia por mis venas. Ganas de estar húmeda de euforia feliz.
Me diste, me diste segundos de curiosidad.
Esa profunda y segura curiosidad que solo me dan los mundos ilusorios de un pasado milenario y añorado, donde la vida era más que materia.
Me diste el dibujo de una sonrisa en mi cara, sin verla.
Una sonrisa de esas, de niña traviesa. Tan educada.
Me diste olvidar el cansancio y voluntad de jugar a la mancha o al escondido de nuevo,
pero con estos ojos y oídos de hoy… que ya no tienen miedo.
Me diste querer mojarme en la lluvia, en conciencia, desestimando la ropa o el pelo.
Me diste una linterna en una noche de campamento, donde la oscuridad solo es
el puente a la imaginación de un alma niña, que no conoce el dolor.
Me diste.
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