domingo, enero 27, 2013

ALMUERZO DE DOMINGO


A VECES ESCRIBO FELIZ Y A VECES TRISTE, A VECES NO ME DECIDO.



Hoy intentan caerme encima todas ellas.
Esas infinitas razones por las que no fui lo que pude ser y fui lo que quise sin ser lo que quiero.
Las millones de quejas por las carencias y ausencias.
Las dudas de siempre o de antes. Esos dolores y fracasos, las viles indiferencias y aquella indefensión arraigada que intentaba aplastarme.
Me inclino a ser esa carne endeble por un segundo.
Veo la presentación de todos esos afueras, ajenos, cada una de esas vidas que tienen lo que no tengo.

Las imágenes se cruzan frente a mí, intentando argumentar contra esta imaginaria insuficiencia.
Tengo ganas de sucumbir a ello.
Coqueteo con esa tristeza que me acaricia queriendo revolcarse conmigo en una seducción perversa.
Ya no recuerdo cuanto tiempo pasó desde la última visita. ¿Estarían dormidos estos fantasmas que hoy despiertan? ¿O solo aprendí a burlar su marca, a evadir su acoso? 
¿O son en realidad ellos quienes intentan despertarme de este letargo feliz en que me he ahogado?. ¿De este trance de loto?.
Este domingo después de tantos, quiero elaborar una lista de amarguras y huecos. Pero no quiero. Y me quedo en la cornisa, jugueteo. Inclino cuarenta y cinco grados mi cuerpo hacia el abismo. Y vuelvo.

viernes, enero 25, 2013

Memoria desabrida.


Debería ser capaz de amores imposibles.... 
pensé.
Amores imposibles...
Intelectualmente sería útil tener amores imposibles.
Y me acordé de vos.
Intenté revivir algo pero mi memoria hace imposible los amores imposibles.
Mi falta de memoria.

¡No recuerdo nada!

Ni la primera sensación de tus labios en los míos,
si es que tus labios tocaron mi boca.
Ni si hubo besos en el medio.
Ni si nos despedimos con un beso al final.
Podrías volver a recordármelo algún día.

¡Cómo ser mujer de amores imposibles si soy desmemoriada!


¿Acaso nos dimos algún beso?


¡Qué improductiva mi memoria!

Para completar, lo platónico me huele a enlatado.
Muero por comida casera tibia y recién hecha.
Podrías cocinarme un día, o varios.
Lo prohibido me abomba como la baja presión atmosférica de estos días.
Me aburre como la lectura de libros preceptivos que dejan esa sensación de tiempo perdido.

?Pero será posible que no nos hayamos dado ningún beso?


A veces quisiera ser esa clase de mujeres que se ancla en abismos de amores sin destino.

Y me obligo a intentarlo escarbando recuerdos.

Podrías volver a darme un beso si es que no lo hicimos.


Me fuerzo a abrir esas heridas cicatrizadas hace tiempo, pero mi libertad,

me invita siempre a otros vuelos más livianos,
menos tercos.

Sigo sin recordar tus labios y me indigno.

¡Qué mujeres esas! Esas que filtran muerte por sus gangrenas incurables.
Yo no puedo.

No soy mujer de amores perdidos,

si ni soy capaz 
de recordar si me besaste.