Ojos que persigo.
Ojos que me pierden.
Piel que deseo tocar.
Mujer.
Mujer que me hace soñar.
Y ella, indiferente, solo
percibe su propio reflejo.
El que le devuelvo en mis ojos.
Vanidosa, solamente se enamora,
de su propia capacidad de conquistar.
Y estoy seguro,
de que nunca me podrá amar.
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