Resolvíamos ir a OT.
OT era “el” lugar, supuestamente
era un boliche, el más exclusivo del mundo. El nombre era OT pero se escribía con jeroglíficos romanos parecidos a esas dos letras. Nosotros íbamos a ir todos de
blanco para estar identificados y encontrarnos fácil. Éramos un grupo como de 30 o más.
Fuimos en un ómnibus que
estacionaba lejos porque no se podía llegar cerca con autos. Salíamos caminando
y cuando llegábamos a la primera puerta
que era muy lejos del boliche, era como una esquina donde había un bar y había
que pasar por ahí primero para que nos pusieran 3 sellos en la mano. Uno que decía OT, otro que era un
párrafo de letras chiquitas cortito y otro que decía la fecha, 29 era el día. Yo me quedaba
pensando en que había dejado los zapatos y la cartera con todo en el auto y me
demoraba, pero como estaba todo pago, habíamos puesto 500 cada uno y además nuestro grupo era
exclusivo, no necesitaría nada adentro y resolvía seguir con hawaianas blancas.
Al demorarme me di cuenta de mi grupo se había ido, y yo estaba sola de
noche en ese barrio raro y desconocido caminando sin saber donde era OT, y ya
lejos del bar.
Tampoco ya me acordaba de donde
estaba el ómnibus, que ahora en mi mente era un auto, y no tenía el celular, estaba totalmente
incomunicada.
Me dije, irreverente: - Yo siiiigo!!! Le pregunto a alguien, todos tienen que saber
donde es OT.
Al seguir caminando me aparece alguien igual a Astrid (que
en el sueño su nombre era Silvia), alta,flaca, toda arreglada. Me mira y le digo: -Hola!!! Sabes que estoy
con un grupo y los perdí y tengo que ir a OT. Vos sabes donde es?.- Ella me contesta: - Paaa, sabes
que no sé, escuché que hay un mito de que existe ese lugar pero no tengo claro,
te acompaño y vemos, creo que una idea tengo de donde se supone que es.
Seguimos caminando y yo le decía:
- ¡Qué gracioso que aparecieras vos sis!.- Ella me miraba como diciendo y esta
qué dice. Y yo le preguntaba: - Sos vos
no? .- a lo que ella respondía: - No te
conozco.
Para que me conociera le
insistía: - Soy del grupo M y tengo una amiga que se llama Silvia, creía que
eras vos! Vos tenés mellizas? Creo que
ella tiene una melliza, vos no tenés una que se llama Silvia?. - Ella
un poco molesta me decía: - No!! Y yo le
insistía: -Entonces tienen que ser trillizas! Son idénticas!!.
Íbamos las dos por calles de un
barrio donde había drogadictos y gente tirada en el piso, era de noche pero
había luz de faroles y lámparas. Llegamos a un lugar que era como una bajada,
un camino de pasto, una esquina y
una curva, todo oscuro. Ella se paralizaba y decía: -Yo no voy, hasta
acá llego, me da miedo! .- Yo para
tranquilizarla le decía: - Voy yo un poco y después te aviso y venís, no tengas
miedo, no creo que pase nada, a ver si conseguimos unirnos a alguien.
Justo pasaba un viejo fumando, caminando despacio, y yo le
insistía a mi compañera que fuéramos pegaditas a él y así no íbamos
solas, y continuábamos detrás de él.
Yo me adelantaba corriendo unos
pasos y vislumbraba a unos 200 metros la luz de OT!! Era como una ciudad! Volvía y le decía: - ¡Allá ya hay luz!, ¡y hay mucha gente yendo!.
Cuando la volvía a alcanzar unos
pasos atrás veía que cerca de ella venía un jovencito hablándole y ella se
hacía la que no lo escuchaba, yo lo miraba como diciendo qué haces? Y él me decía: - Yo la conozco,
insisto que me acepte pero ella me ignora.
El seguía con nosotros, cuando
llegábamos a la puerta, yo estaba preocupada porque era un mar de gente!. Yo no
tenía celular, no tenía plata, no tenía nada!
Si me perdía estaba sola nuevamente. De repente miro, y empiezo a reír.
La entrada era el puente de la Concordia y decía Bienvenidos a Quaraí!!! Los miraba a ambos y les decía: - Ahhhhh, si
me pierdo es el puente para ir a casa!! Voy caminando!! Jajajaja.- Y me quedaba
tranquila y super contenta y payasa.
Llegábamos a la segunda puerta para llegar a OT. Era
como una especie de atrio, donde habían tres
mujeres hermosas sentadas, vestidas elegantes, muy flacas. Nos revisaban los
sellos que nos habían puesto en el bar (la primera puerta). Todo era de gala y ellas me miraban las
hawaianas. Les explicaba que había dejado los zapatos en el auto y que iba a
entrar así. Me miraban y se comentaban en secreto entre ellas
que yo era del grupo blanco y me sonreían. Yo me ponía pesada porque una de las
chicas al intentar ponerme otro sello creyendo que no tenía, me manchaba con
tinta negra el vestido blanco y le decía que me sacaran la mancha. Ella me
miraba con cara de qué estúpida esta mina, y de repente la mancha se iba
disipando sola. Yo decía: - Bueeeeeeeee, dejaáa, me voy a divertir.- Y salía brincando
y sonriendo. Miraba hacia atrás a la
mujer y al chico que no los dejaban entrar, pero a ella le daban paso porque creían
que iba conmigo.
En seguida estaba la tercer
puerta, el último filtro para entrar a OT, allí habían tres
hombres patovicas enormes revisando nuevamente, parados en una especie de
barreras. Me dejaban pasar al toque, y ahí, al instante, de repente, yo ya estaba de tacos, con los zapatos que
había olvidado. Me daba vuelta para mirar atrás y allá lejos estaba sentado el chico que no dejaban entrar
las mujeres. Los miraba a los patovicas
(que eran ángeles) y les decía: lo dejan entrar al mococito que está conmigo??
Siii?? Por favoooor? .- Ellos me decían no! pero
enseguida se ponían a reír y me decían obviooooo, llevalo!!! Yo le saltaba en el cuello al patovica, lo
abrazaba y le daba un beso! Mis pies
colgaban de tan alto que era, era enoooorme!!
Yo iba corriendo, le agarraba la
mano al jovencito de Astrid y en ese momento veía que no
tenía las terceras falanges
de la mano izquierda, se las habían cortado, yo lo miraba con amor y lo
tironeaba para que se levantara y viniera con nosotras!! El feliz corría detrás
de mí.
Cuando iba pasando la barrera del
tercer filtro de nuevo, veía
a Cori, sentada con cara de enojada, en la entrada, mirando hacia afuera y no hacia
adentro. Yo le gritaba Coriiii…, Coriii…,que haces ahí, veníiii, entráaa. Ella giraba su silla giratoria y me
decía, acordate… (con cara de enojada) no
te podes olvidar de las tres J. “JJJ”. Yo le pedía a Astrid algo de su cartera
para anotar y anotaba eso con una lapicera que casi no tenía tinta. Y Cori no se
podía mover, estaba pegada a esa silla, se tenía que quedar ahí.
Yo sabía que allá adentro estaba
mi gente, y entre ellas Carmen y Mage y otras personas, no todos del grupo y no a todos
los conozco en esta vida. Hombres y mujeres.
Teníamos que cruzar el puente
para llegar y allá a lo lejos yo veía mucha gente de blanco, unas tiradas en
sillones, otras bailando, otras charlando, otras tomando. De repente me miro y
ya tenía mi cartera con todo colgada en el brazo.
Estaba feliz, extasiada por haber llegado, y empezaba a correr como en
cámara lenta haciendo payasadas.
Hacia mí, en el puente, venían
caminando tres filas de
personas, como la formación de mujeres de negro, todo el puente lleno de gente,
era gente de todas las religiones del mundo que reclamaban por sus dioses. Musulmanes,
indios, católicos, todos enojados, irritados.
No entiendo por qué reclamar enojados por los dioses - pensé sonriendo.
Todos, todos, todos, estaban cada
uno con sus atuendos tradicionales. Todos distintos. Los miraba a medida que cruzaba corriendo
entre los espacios que dejaban,
corriendo como run forest run pero jugando y saltando con mis dos
compañeros atrás.
Un religioso me miraba sonriendo y me gritaba por qué jugaba y saltaba así y
yo le decía bromeando, porque estamos looooocooooooooooosssss!!! Él sonreía. Yo
me reía y corría hacia el final del
puente donde ya me habían visto venir y se reían de mis payasadas porque ya me
conocían. Mi gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario