El fuego de la hoguera.
Derivó en miradas dulces.
La pasión en protección.
El calor, en ilusión…
El respeto superó el deseo.
La admiración le ganó al volcán.
Y aquí estoy, envuelta en tu ternura,
que derribó mis muros
y me dejó indefensa
Aquí estoy corazón.
Entregada a ti
Como tu amiga
Solamente deseando que seas feliz
Aunque no sea conmigo
Derivó en miradas dulces.
La pasión en protección.
El calor, en ilusión…
El respeto superó el deseo.
La admiración le ganó al volcán.
Y aquí estoy, envuelta en tu ternura,
que derribó mis muros
y me dejó indefensa
Aquí estoy corazón.
Entregada a ti
Como tu amiga
Solamente deseando que seas feliz
Aunque no sea conmigo
Hola ¡qué producción! un placer entrar a tu blog.
ResponderEliminarAbrazo
Bienvenida Stella! Sumate, queremos leerte!
ResponderEliminarBesos
hermoso poema, un gusto encontrarte y leerte, me sumo.
ResponderEliminarUn abrazo
http://mismusaslocas.blogspot.com
Buena metamorfosis porque siempre que el resultado es el amor, no hay nada malo.
ResponderEliminarEl único inconveniente es la falta de reciprocidad...
Pero habrá más metamorfosis, seguro.
Un beso.
Patokata!! Gracias por comentar y darme la chance de decirte bienvenida.
ResponderEliminarCariños y te espero siempre
Jesús, por qué intuyes falta de reciprocidad?
ResponderEliminarEl saber que podrías renunciar no significa que exista la necesidad de ello y eso es lo que intento trasmitir, mi capacidad "de" hacerlo.
Besos y de todos modos las metamorfosis son maravillosas.
Me encanta que me leas porque eres un gran dulce amigo.