sábado, enero 09, 2010

Batallas inútiles - no se puede luchar contra la muerte y la nada.


Caí en una hoguera.
Supongo de esas para quemar brujas.
Y el fuego empezó a incendiar mi cuerpo y mi alma.
Mi mente dominante luego de fuertes batallas, sofocó las llamas reprimiendo toda chispa.
Pero el fuego del interior de la hoguera terminó lastimando mi cuerpo,
dejando mi piel dolorida, mi cuello tenso, mi pecho latiendo a duras penas,
y mi estómago acusando las heridas de la ansiedad que logré dominar.
Pero una gran melancolía que no entiendo,
se instaló como castigo a mi mente autoritaria,
estrujándola y paralizando mis pulmones.
Y aunque hoy brilla la inutilidad de todo,
y no sepa para qué tanta ebullición,
y no logre descifrar los enigmas vitales de mi existencia,
manejo con dignidad, estos dolores residuales físicos,
que supongo que como todo, el tiempo sanará.
Soy mujer herida de guerra,
pero sobrevivo…
como siempre.

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