domingo, enero 27, 2013

ALMUERZO DE DOMINGO


A VECES ESCRIBO FELIZ Y A VECES TRISTE, A VECES NO ME DECIDO.



Hoy intentan caerme encima todas ellas.
Esas infinitas razones por las que no fui lo que pude ser y fui lo que quise sin ser lo que quiero.
Las millones de quejas por las carencias y ausencias.
Las dudas de siempre o de antes. Esos dolores y fracasos, las viles indiferencias y aquella indefensión arraigada que intentaba aplastarme.
Me inclino a ser esa carne endeble por un segundo.
Veo la presentación de todos esos afueras, ajenos, cada una de esas vidas que tienen lo que no tengo.

Las imágenes se cruzan frente a mí, intentando argumentar contra esta imaginaria insuficiencia.
Tengo ganas de sucumbir a ello.
Coqueteo con esa tristeza que me acaricia queriendo revolcarse conmigo en una seducción perversa.
Ya no recuerdo cuanto tiempo pasó desde la última visita. ¿Estarían dormidos estos fantasmas que hoy despiertan? ¿O solo aprendí a burlar su marca, a evadir su acoso? 
¿O son en realidad ellos quienes intentan despertarme de este letargo feliz en que me he ahogado?. ¿De este trance de loto?.
Este domingo después de tantos, quiero elaborar una lista de amarguras y huecos. Pero no quiero. Y me quedo en la cornisa, jugueteo. Inclino cuarenta y cinco grados mi cuerpo hacia el abismo. Y vuelvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario