miércoles, agosto 10, 2011

Volátil esperanza


Luego de llorar
Quince minutos
Producto del alud que me atropelló.
Quince minutos
Porque no me queda mucho por llorar
Tuve un arranque
De preguntarme
Eufórica
Ansiosa de encontrar algo que me entusiasme
Intentando buscar cómo disfrutar la vida
El instante.
Motivos...
¡¿Qué quiero hacer ahora?!
¡Pensá!
¡Dale, pensá!
¡¿Qué quiero hacer ahora?!
Quiero una buena lasaña con tinto.
Un brownie con baño de chocolate y una bocha de helado de crema
y un café.
En ese lugar que me encanta frente al río,
y reírme mucho con nuestro humor ácido y la complicidad
de una mirada que habla el mismo idioma que la mía.
Pero intenté recordar qué era el humor
y solo encontré hojas borradas en un cajón cerrado
hace tiempo.
A la complicidad la está matando la distancia.
Y se me repitió el “nuestro”
“Nuestro…, nuestro”
Y el "nuestro" golpeó mi intento.
Y el entusiasmo se desplomó
Y la euforia desapareció.
Porque ese nuestro ya no es nuestro.
Y nuestro amor ya no está
Y me fui y te fuiste.
Y ese “nuestro” solo es
Una idea ingrata aferrada
a mi cabeza terca
Que no sabe
Dejar ir
Y olvidar.

2 comentarios:

  1. Dejar ir ... soltar ... qué difícil que es, qué difícil!! Y sí, todo es a fuerza de voluntad, que a veces cae y decae y nos hunde. En mi caso, termino agotada al final del día. Y otras veces, me entrego al dolor. No hay otra forma de pasarlo, lamentablemente. Besos, linda.
    Mage

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  2. Ya se que me entendés!!!! Te mando mi amor!!! Subo y bajo, voy y vengo, avanzo y retrocedo, pero entendí hace dos días leyendo a Jean Shinoda Bolen en "El sentido de la Enfermedad" que en este click va mi vida, y debo, tengo el compromiso conmigo de hacerlo porque si no lo hago sé que me voy a morir, lo sé. Beso

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