Abre los ojos, y por minutos eternos
el techo blanco... y frío...
sobre su cuerpo,
la mantiene inmóvil.
El techo blanco, y vacío…
Como ese espacio, vacío,
entre su cuello, y su vientre.
Vacío y frío.
Y con los ojos abiertos y el alma en blanco,
vuelve a cubrirse con la frazada tibia,
arropando la ilusión,
de que su corazón al fin,
el techo blanco... y frío...
sobre su cuerpo,
la mantiene inmóvil.
El techo blanco, y vacío…
Como ese espacio, vacío,
entre su cuello, y su vientre.
Vacío y frío.
Y con los ojos abiertos y el alma en blanco,
vuelve a cubrirse con la frazada tibia,
arropando la ilusión,
de que su corazón al fin,
no se sienta ni tan frío,
ni tan blanco,
ni tan vacío.
ni tan vacío.
Lore, que hermosa poesia....te mando un abrazo tibio, lleno, del color que tu quieras.
ResponderEliminarHola Laurel, hermosísima poesía, muy descriptiva en cuanto a sentimientos.
ResponderEliminarMe alegra saber de tí y poder leerte.
Espero que estés bien, te mando un gran abrazo!
Que bella poesía!
ResponderEliminarMe alegra saber de tí, espero que estés bien.
Te mando un fuerte abrazo
Preciosas letras que forman palabras que forman pensamientos profundos que llegan al alma. Gracias Lore.
ResponderEliminarComo siempre, andan por ahí y es lindo que estén. Ahora voy a recorrer los blogs.
ResponderEliminarBesos