sábado, noviembre 07, 2009

After office


Sabiendo que no había nadie toqué con mis nudillos sobre la puerta del despacho.
Entré como todas las noches que trabajaba hasta tarde y me quedaba en la empresa, vacía de gentes y ruidos.
La luz estaba apagada y caminé hacia el ventanal que cubría toda la pared.
Me paré mirando hacia la bahía…
El agua deseosa de oscuridad se peleaba con los destellos de las luces de toda la rambla.
El cielo desfigurado por la ciudad iluminada ocultaba las estrellas que competían desesperadas por dejarse ver.
Afiné la vista recostando mi cabeza en el vidrio, entrecerré mis ojos, en silencio.
Sola.

6 comentarios:

  1. Un poquito de soledad nos ayuda a descansar la mente, y el corazón.
    besos

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  2. Sola pero contigo, eso es muy valioso y disfrutable.

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  3. Es bueno tener momentos de soledad.
    Poder inspirar sin sobresaltos, sin preguntas, sin tener que dar explicaciones.

    Pero solo momentos, no eternidades.

    Un beso.

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  4. Es verdad Cala... pero como dicen tú, Jesús, y Eli, "un poquito", "momentos", pero solo momentos.... así es disfrutable... retornando siempre a los amores.

    Gracias a los tres por seguir leyendo mi producción lenta. Ando a la baja de escritos.
    Besos,

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  5. Ese lapsus, conciente de saberse en paz, en soledad de las mas absolutas donde tu mente està en blanco, es un bello momento!
    Cariños!

    =) HUMO

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  6. Cariños a vos Humo!!
    Gracias por pasearte por aquí!!
    Hermosos tus textos.

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